Así como nuestras impresiones digitales son únicas, también lo son nuestra existencia y ella está impresa en cada célula de nuestro cuerpo.

a. Todo nuestro ser es como un holograma inteligente, integrado e individual.
• En realidad somos un ser holístico, no la suma de las partes. Los rótulos «cuerpo», «mente» y «espíritu» son artificiales y sólo sirven para ayudarnos a estudiar y hacer mas comprensible nuestra existencia como seres humanos.
• Cada punto del holograma celular contiene la información completa del todo.
• El cuerpo podrá curarse si y solo si la mente y el espíritu también son curados. Esto significa que, si se quiere llegar a la transformación a través de este proceso, se lo debe encarar de manera integrada.

b. La memoria celular recibe la impronta de un campo energético cargado de información, que llamamos «infoenergía».       •Si magnificamos una célula hasta que los átomos que la constituyen sean visibles, podremos comprobar que estamos diseñados sobre la base de delicadas masas de info-energía. En este sentido, la física cuántica ya ha descubierto que los bloques básicos que constituyen la materia visible, están conformados por luz y sonido.

c. Todas las células son esencialmente lo mismo.
• Si pudiéramos des-programar las células y despojarlas de su capacidad de diferenciarse para formar órganos, músculos y huesos (lo que se llama «predisposición bioquímica»), volverían a su estado original y podrían convertirse en cualquier parte del cuerpo. Es decir, volverían a ser y a comportarse como antes de la formación del embrión.

d. Las células son las piezas del holograma que tienen nuestra identidad y llevan nuestro nombre.
• La vida de cada uno de nosotros es única. Así como no existen dos briznas de pasto igual, tampoco han existido, existen ni existirá, alguien como tu o como yo. La combinación de material físico, mental, emocional y espiritual con todas las influencias y factores que conforman lo que llamamos yo, es una obra maestra, exclusiva, imposible de replicar. El cuerpo humano está formado por células que crecen, se diferencian y se multiplican llevando consigo la información básica del primer momento de la concepción. Esta combinación única de info-energía será la matriz fundacional de una vida humana, hasta la desintegración del holograma en el momento de la muerte.
• De esta manera, las células de nuestro cuerpo son como los ladrillos con los que se construye el holograma que representa el ser humano y que se convierte en el vehículo principal de esta experiencia existencial que llamamos «mi vida».

e. Las células de nuestro holograma llevan consigo toda la información física, emocional, mental y espiritual.
Nuestras células transportan el ácido desoxirribonucleico (ADN), que contiene la impresión genética y el diseño completo de nuestro cuerpo. También, las células alojan las impresiones de las experiencias mentales, emocionales y espirituales vividas. Nuestras células guardan información de todas las experiencias pasadas y de todos nuestros condicionamientos genéticos. Toda esta información está viva en nosotros en forma inconsciente y determina así todos los patrones físicos, emocionales y mentales que poseemos. Somos un conglomerado energético que resuena y vibra como si fuéramos una nota musical. De alguna manera, la humanidad entera está representada en todas y cada una de las células de nuestro cuerpo. Nada de lo que experimentamos –sea positivo o negativo– escapa al diseño altamente condicionado de nuestro holograma.
• Nuestra experiencia de vida consciente es como la punta visible de un iceberg. Esta parte visible representa sólo un 3 a un 5 % de la totalidad de lo que somos en verdad. La parte sumergida del iceberg es la que representa nuestra vida subconsciente y es esta parte la que impregna las células con información y memoria. El subconsciente opera detrás de un de velo energético condicionando nuestra manera de percibir y de reaccionar a nuestra vida.

f. Nuestras células requieren ser parte del flujo de energía creativa del universo. Dar y recibir amor es fundamental para la vida celular.
• Nuestro holograma ha sido diseñado para nutrirse y crecer energéticamente por medio del amor incondicional. Entender cómo funciona la dinámica celular nos ayudará a comprenderlo mejor:
En el cerebro, el hipotálamo se encarga de sintetizar las proteínas, adecuándolas a las distintas funciones orgánicas. Estas proteínas especializadas –denominadas neuropéptidos– son liberadas en el torrente sanguíneo cada vez que un estado emocional se dispara. Cada estado emocional produce una especie diferente de neuropéptidos; éstos viajan rápidamente por el torrente sanguíneo hasta encontrarse con las células que tienen los receptores adecuados para ellos. Esto significa que nuestras células tienen cierta cantidad de receptores disponibles para ciertos neuropéptidos. Por ejemplo, podemos encontrar muchos receptores para alojar los neuropéptidos generados por el estado de tristeza – frustración de una persona que está constantemente deprimida. Por el contrario, en la misma persona, no habrá suficientes receptores para aquellos neuropéptidos generados por los estados de optimismo y alegría.

Si nuestras células son bombardeadas a diario y de manera inconsciente por las emociones generadas por patrones de pensamiento y creencias que producen contracciones (enojo, miedo, tristeza, culpa, vergüenza, etc.), habrá cada vez menor cantidad de receptores disponibles para las funciones de asimilación, nutrición, limpieza y curación. Aquellas personas que diariamente dan y reciben amor –a sí mismos y a los otros– pueden llegar a disfrutar de mayor salud en todos los niveles. En cambio, aquellos que no lo hacen y pasan demasiado tiempo criticando, quejándose y culpando –a si mismos o a los demás– padecen muchos más problemas físicos, mentales o emocionales. Literalmente, el amor es lo que da a las células su fuerza vital; como contrapartida, la ausencia de amor resulta un drenaje para nuestra vitalidad y nuestra salud.

g. Lo que se resiste, persiste. Lo que se resiste, se atrae.
Esta es una de las premisas antiguas y más útiles para entender nuestros problemas. Las células están naciendo, creciendo y muriendo constantemente, reflejando a la perfección cómo funciona el universo: cambiando sin pausa, transformando y re-generando. De manera que podemos fluir con los cambios que el universo pone en nuestra vida o por el contrario, resistirlos. Nuestro trabajo con la memoria celular nos ha permitido observar que las enfermedades que sufrimos son en su gran mayoría, consecuencia directa de nuestro hábito de resistir al flujo del universo en nuestras vidas.

h. Las células buscan la transformación naturalmente.
La aceptación del flujo de la vida y los cambios que conlleva, produce un profundo efecto de sanación, porque la actitud de aceptación produce paz interna y externa. Este estado afecta profundamente a las células, que enseguida actualizan la información contenida en todos los archivos físicos, mentales, emocionales y espirituales. Entonces, toda aquella información que resulta inútil o innecesaria es removida de la memoria celular, para ser reemplazada por nuevas formas de ser y de accionar. Las técnicas comprendidas en los protocolos de Liberación de la Memoria Celular (Cellular Memory Release –CMR–) han sido creadas para producir estos cambios de manera gentil y profunda.

i. Las células regulan la intensidad del proceso de transformación. En cada célula – como el diseño en pequeña escala de tu holograma completo– existe una increíble inteligencia que sabe cómo digerir y transformar todo lo que te sucede. Es una función que las células cumplen automáticamente cuando están libres de resonancias contractivas. La decisión de transformar esas resonancias es un proceso liberador que debe ser encarado con coraje, determinación y espíritu de aventura. A partir de ese momento, es el paso del tiempo lo que ayuda a integrar y a asentar gradualmente los cambios espirituales, mentales y emocionales.

j. Las células están diseñadas para limpiar y eliminar los patrones que ya no son útiles y para integrar nuevos patrones que despierten nuestro último potencial. Físicamente, las células se deshacen de lo que no quieren o no necesitan y también llevan a cabo esta función energéticamente, eliminando aquellas resonancias que ya no nos sirven. Una vez que esos viejos patrones tóxicos han sido descartados, son reemplazados por otros más nuevos y positivos que nos ayudan a experimentar nuestra vida de manera más libre y saludable.