Con este blog, quiero honrar a Lynn Grabhorn, quien escribió “Excuse me, your life is waiting” hace ya, como dos décadas.

Hola! ¿Cómo estás?

Si estás leyendo un blog que se titula “Discúlpeme, su vida lo está esperando”, es porque muy probablemente, necesitas mayor claridad, tal como yo la necesité, cuando leí su libro.

Uno de los obstáculos más comunes que veo frecuentemente, es justamente la confusión. Una de las cosas que nos más nos confunde, es el no saber cómo conectar diferentes partes de nosotros mismos.Algo que enseño frecuentemente a mis estudiantes, es que detrás de las diferentes decisiones que hacen y de la forma que va tomando su vida, hay una historia que las crea y las condiciona. No hay elementos aislados o desconectados entre sí en nuestra vida. Todo lo que nos pasó, tiene su lugar.

Llegará un día, en que podrás ver tu vida como el intricado tejido de un tapiz, donde cada hebra tiene un sentido, donde nada sobra y todo lo que hemos vivido,  crea en una pieza única, con un propósito único.

Para empezar, prepárate con lápiz y papel, porque  te voy a hacer algunas preguntas, que cuando las respondas, te darán mayor claridad ¡Preguntas claves, que espero disparen respuestas claves!

1– ¿Cuál es ‘el por qué’ que está detrás de eso que haces que te gusta tanto hacer? Es decir, ¿Por qué te dedicas a eso que haces? O si aún no estás haciendo lo que amas en tu vida,

– ¿Cuál es ‘el por qué’ de eso a lo que te gustaría dedicarte? Es decir, ¿Por qué te atrae o apasiona, eso que te gustaría hacer en la vida?

Más adelante, te daré unos ejemplos de mi propia búsqueda, para ilustrarlo. Pero sigamos con las preguntas:

– ¿Qué personas o eventos, te han influenciado, para que te dediques a eso que haces?

– Si puedes reconocer un momento de cambio ¿Cuál fue?

A estos momentos yo lo llamo ‘bisagra’.

– ¿Cuál fue la bisagra que te inspiró a hacer un cambio en tu vida y empezar un recorrido nuevo, a pesar de los riesgos y desafíos que tuviste que atravesar? Quizá esa bisagra no ha sucedido aún o está por sucederte. Si ese es el caso, salta esa parte.

Cuando yo miro hacia atrás en estos ‘por qué’ de mi propia vida, descubro algunos elementos en forma de situaciones, aprendizajes y experiencias, que explican la forma que esta fue tomando fundamentalmente, mi profesión. Cuando recuerdo eventos de mi infancia y la manera en que la gente a mi alrededor se relacionaban entre sí, recuerdo la ansiedad que me producía la idea de ser padre o de formar una familia.

Hoy puedo ver claramente que era el miedo a que mi relación con mis hijos, fuera como la relación que yo tenía con mis padres o como la que mis amigos tenían con los suyos. En esas relaciones, había tensión y desconfianza a expresarse con honestidad, había conflictos frecuentes, quejas mutuas, constantes y conversaciones condenatorias a espaldas unos de los otros. Los padres contra los hijos y los hijos contra los padres. Al recordar esto, puedo ver como crecí con un hambre profundo de confianza y armonía en mis relaciones. Con una gran necesidad de fluidez, honestidad y respeto entre las partes.

Verifiqué varias veces, cómo el estrés en las relaciones, me afectaba físicamente, en mi profesión y en mis finanzas. Por ello, dedique la mayor parte de mi vida a entrenarme en cómo lograr estos objetivos y hoy entreno a otros a lograrlo. Especialmente, a aquellos que ven su propósito y su misión en la vida, afectada por el estrés emocional. Hoy puedo observar con alegría, que tengo 3 hijos y siento mucho respeto, confianza y libertad entre nosotros.

Otra situación, fue cuando tenía 16 años (que me saca una sonrisa cuando la recuerdo),  con una novia que tuve, que si bien me gustaba mucho, me dejo de gustar de un día para el otro. Recuerdo la última conversación que tuvimos, donde me dijo “Yo soy así y no voy a cambiar” y “la gente es como es, no puede cambiar”. ¡Para mí, eso fue como que me dieran una cachetada en el alma!

Siguiendo la misma línea, mi padre que era un muy buen hombre, estaba convencido que todos los problemas sociales los tenía que solucionar el gobierno y que solo los políticos y la gente de poder, eran los que podían hacer algo al respecto: “Tranquilo Luis, dedícate a vivir tu vida, nosotros somos obreros. No tenemos el poder de cambiar nada. Ellos si pueden”.

Hoy puedo ver que crecí con unas ganas enormes de auto-empoderamiento y de decir, “SÍ, SE PUEDE! Sí, PODEMOS!”.

Desde muy chico, recuerdo escuchar una voz que me decía internamente: “¡Tiene que haber otra manera!” “No puede ser que la vida, solo sea esto”. De allí que dedique mi vida como adulto, a buscar las maneras de cambiar esos patrones repetitivos que me afectaban y no conformarme simplemente porque “todo el mundo lo hace así”.

Mi actitud, era el resultado del convencimiento de que: SI PUEDE ARREGLARSE, ¿POR QUÉ NO HACERLO? Y para saber si puede arreglarse, tengo que hacer todo lo que esté a mi alcance para lograrlo. A excepción de unas pocas, la experiencia me mostró que sí se podían arreglar y que era mucho más fácil de lo que pensaba.

De la mano con este aprendizaje, vino el aceptar aquellas cosas que no se pueden cambiar.
Hoy día puedo ver las conexiones. Esas experiencias fueron dándole forma, esculpiendo por así decir, mi vida, el manejo de mis relaciones, mi vocación y mi  profesión.

Una de las cosas que más me motiva, es apoyar a todo aquel que quiere sentirse empoderado,que quiere contribuir a cambiar su entorno y quiere desatar los nudos emocionales que le hacen repetir los patrones viejos de dolor. Me apasiona ayudar a todo aquel que quiere disfrutar de su profesión y de sus relaciones y que quieren ayudar a otros a lograrlo.

¿Puedes ver las conexiones?

Estos son algunos ejemplos de mi historia y de cómo se fue creando el ‘tapiz de mi vida’, como agente para el cambio.

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 ¡Ahora, te toca a ti!

Para poder vivir en salud y plenitud, necesitas tener claridad del por qué estás aquí y cuál es tu rol con los demás. Tú tienes tu propio tapiz, que incluye tus experiencias, tu historia y aquellas personas que han influido más.

Más  preguntas para agregar a tu investigación:

– ¿Qué es lo que tú has vivido en tu infancia o juventud, que han marcado o dado forma a tus sueños y anhelos de vida?

– ¿Cuál es ‘tu hambre’ más importante?

– ¿Cuál ha sido ‘la bisagra’ que disparó un cambio de rumbo, sin  importar los riesgos y desafíos?

– ¿Qué ‘voces internas’ o como quieras llamarle, tienes o has tenido, que te empujan a hacer las cosas de manera diferente?

Responder a estas preguntas, permitirá aclararte y esa claridad, te dará la guía para moverte con mayor dirección.

Me gustaría leerte debajo de este blog. Cuéntame lo que has descubierto y compártelo con otros. Entre todos nos apoyamos a ser más efectivos, para contribuir al mundo en disfrute, mientras hacemos lo que amamos.

 

Luis Díaz