En este video, Luis Diaz, autor del libro, “La memoria en las Celulas, como sanar nuestros patrones de conducta” y el creador del Proceso CMR para la Liberacion de la Memoria Celular, nos introduce a un tema muy sensitivo para la mayoria de nosotros: sacrificarse por otros, funciona? No decir nuestra verdad, funciona? y en 6 minutos nos trae claridad a cuan peligroso puede legar a ser este juego para nuestra salud y para nuestras profesiones y relaciones.
Luis nos invita a trabajar en nuestra EDUCACION EMOCIONAL que es tan escasa, y a compartir nuestra experiencia. Si te interesan otros temas que sean tratados por favor cuentanos debajo o a informacion@cellularmemory.org
Para recibir las lecciones y ejercios gratuitos en SANACION EMOCIONAL A NIVEL CELULAR, pídelas en este enlace: https://lamemoriacelular.com/signups/signup_eseries_spanish.html
interesantísimo….
Hola Luis, estoy recibiento tus diferentes series de Sanación Emocional a Nivel Celular, pero como justamente estoy padeciendo las consecuencias de problemas que me han generado mucho estrés desde hace poco más de 3 años, aun no he podido dedicarme del todo a ellas y las estoy guardando con mucho cariño para poder hacerlo con mayor tranquilidad.
Te cuento que he pasado de todo, en mi caso en problema no surge por no poner límites, sino todo lo contrario. Siempre he sido muy cuidadosa en todo, detallista, respeto las normativas, cuando quieren que haga algo que sé que está mal o me reclaman algo que no corresponde, no me quedo callada, pues para completar, siempre vienen imponiendo autoridad, aunque no la tengan. A través de estos años, pasé de ser una persona tranquila, de quien nadie tenía nada que decir pues me dedicaba a cumplir con mis deberes, a vivir discutiendo contínuamente y no por mal carácter, sino simplemente porque me querían hacer algo que yo sabía que no se podía, o por reclamos injustificados o por descalificaciones. Como tú lo has dicho, me ha sucedido todo, estoy en tratamiento médico desde hace 3 años, comencé en medicina general y de allí me derivaron a endocrinología, hace 2 años me operaron de bocio multinodular (me apareció en 2 años, antes no tenía nada). Un día fui a un control y había tenido previamente una discusión, tenía la presión alta, cosa que no es normal en mí, ya que siempre ha sido baja, estaba tan tensa, que la endocrinóloga no me pudo examinar, pues me iba a doler. Me preguntó qué me estaba pasando, le conté todo y me dió un pase a psiquiatra, ya que así no podía seguir, mi vida era un infierno, además, vivía llamando la emergencia móvil, pues me contracturaba toda, me atacaba el estómago, el dolor de cabeza era insoportable, esto se volvió rutina lamentablemente. Accedí a consultar al psiquiatra, ya que siempre he pensado que cuando uno solo no puede resolver sus problemas, tiene que pedir ayuda, principalmente profesional, nunca he pensado que porque uno consulte un psiquiatra signifique que está loco (pensamiento que lamentablemente está muy arraigado).
Desde ese momento, estoy en tratamiento, él siempre ha dejado muy claro que no estoy mal, al principio comenzó tratándome precisamente por el estrés, pero luego, cuando vio que las llamadas a las emergencias eran muy habituales y que no pasaba un día sin dolor de cabeza, tomando los analgésicos más fuertes, me comenzó a tratar por fibromialgia. Ahí, con un medicamento que me agregó, me cambió la vida, los dolores desaparecieron, hace alrededor de un año que no llamo la emergencia y la terapia me ha servido mucho.
Como no todo en esta vida son rosas, una vez que empecé a estabilizarme y que me iba a comenzar a retirar los medicamentos, se me “vino el mundo encima”, en lo laboral hemos pasado 2 años de incertidumbre total y desde el 1º de enero de 2011 a la 0 hs. la oficina en la cual trabajé 18 años y en la cual era feliz, dejó de existir, de un plumazo la eliminaron, y nos redistribuyeron en otras oficinas, otros compañeros han pasado peor suerte, pues los han despedido y van a seguir los despidos. Conclusión, los pocos que vamos quedando de la oficina original juntos, estamos sobrecargados de trabajo y la persona con quien he tenido mayores dificultades, no quiere saber de que traigan personal o rescaten entre los que están para ser despedidos. Consecuencia: me tuvieron que aumentar toda la medicamentación, pues a pesar de que la estaba tomando, empezaron a aparecer nuevamente los síntomas. Lo más triste de todo esto, es que se ha creado una división total, en la cual cada uno mira por sí mismo y no le importa lo que le pase al resto, cuando antes era todo lo contrario, cuando yo comencé a trabajar y hasta que comenzaron estos problemas, éramos una familia, si, no éramos simplementes compañeros de trabajo, éramos un todo, ahora es todo lo contrario. Lo más triste aun, es que he llegado a un punto tal al ver cómo se manejan, que ya no me importa nada, yo voy, cumplo mi trabajo a conciencia, trato de que aquellos para quien va dirigido se vean realmente beneficiados, pero si el resto se cae a pedazos, no me importa. Esta semana pasada, estuve con licencia médica, porque el fin de semana anterior me empezó un dolor en un lugar puntual en el hombro, eso fue el sábado, de noche ya se había extendido por todo el hombro y cuello, el domingo amanecí con el dolor extendido hasta el codo y esa noche no pude dormir casi a consecuencia del dolor, amanecí el lunes con dolor hasta la mano, con ella entumecida, no la podía cerrar. La semana anterior, cada vez que me inclinaba o agachaba para algo, me quedaba dura, tenía que apoyarme con las manos y hacer fuerza para poder levantarme.
Hoy fue el último día que tomé el medicamento que me mandaron para ésto y me dieron el pase a traumatólogo, pero mi doctora dejó bien claro que era a causa de estrés, pues además estaba totalmente contracturada.
Aún tengo algunos dolores, pero estoy mejor, como verás, desde el 2007 al momento, mi vida se convirtió en un infierno y debo aclarar que he cambiado, mis compañeras de trabajo me lo dicen, de aquella persona callada, seria, he tratado de tomarme las cosas con humor, como quien dice, me he liberado, estoy muy bromista, especialmente cuando las cosas se ponen tensas. La verdad, es que me superaron todos los límites, absolutamente todos y ya no me importa lo que piensen de mí, lo que digan de mí, lo que suceda, soy como soy y así me muestro, si puedo alegrarle o hacer al menos sonreir a alguien, de los que sé que me aprecian, lo hago. Lo he hecho incluso con gente que me dió la espalda en momentos muy duros o con quienes no he tenido mucho contacto, entonces, por qué no he de hacerlo con quienes quiero y sé que me quieren?
Como verás, vivo en una dualidad, no buscada por mi, problemas ocasionados por gente a quienes únicamente les importa su ego, su cargo, su título, y gente que como yo, la está batallando.
Bueno, no ocupo más tu tiempo, aprecio muchísimo tu generosidad y cada vez que puedo, sigo tus cursos.
Muchísimas gracias por la atención, un abrazo.
Patricia